¿Quiénes somos?

Somos una iglesia hispana que está comprometida con alcanzar la comunidad para Cristo.

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Resumen de Principios.

Cada aspirante a la membresía de la iglesia Renacer, una comunidad de cristianos comprometidos. Debe estar de acuerdo con el Resumen de Principios establecido, estudiándolo diligentemente a la luz de la Santa Biblia.

I. La Biblia

La Santa Biblia es el resultado de la inspiración del Espíritu Santo. Cada escritor humano fue supeditado por Él para preservarla del error y garantizar el material que posee la verdad auto revelada de Dios. El autor de la Santa Biblia es Dios, su fin es que el hombre le conozca y sea salvo por medio de su Hijo Jesucristo. Toda la Santa Biblia da testimonio de Jesucristo, quien es el centro de la revelación divina. Además, es la norma suprema por medio de la cual debe ser medido el comportamiento, el credo y la opinión de cualquier hombre o institución.

Éxodo 24:4; Deuteronomio 4:1-2; 17:19; Josué 8:34; Salmos 19:7-10; 119:11,89,105,140; Isaías 34:16; 40:8; Jeremías 15:16; 36:1-32; Mateo 5:17-18; 22:29; Lucas 21:33; 24:44-46; Juan 5:39; 16:13-15; 17:17; Hechos 17:11; Romanos 15:4; 16:25-26; 2 Timoteo 3:15-17; Hebreos 1:1-2; 4:12; 1 Pedro 1:25; 2 Pedro 1:19-21.

II. Dios

Existe un solo Dios eterno y verdadero. Él es el único supremo espíritu personal y perfecto en todos sus atributos. En su revelación escrita, la Santa Biblia, se ha dado a conocer como Padre, Hijo y Espíritu Santo (la trinidad). Tres personas distintas entre sí, pero sin división de naturaleza, esencia o ser. El hombre, como criatura creada a su imagen, le debe reverencia y obediencia en amor.

1) Dios Padre

Dios Padre es la primera persona de la Trinidad. Su reinado providencial sobre la creación y la historia humana responde a Su propósito de gracia, la redención. Sin embargo, es importante afirmar que el Padre no es el autor del pecado ni corta la libertad del hombre. También es valioso reconocer que Él es Padre en la Trinidad en su rol dentro del plan de salvación, y es Padre con relación a los hombres solo para aquellos que estan en Su reino.

Génesis 1:1; 2:7; Éxodo 3:14; 6:2-3; Levítico 22:2; Deuteronomio 6:4; 32:6; 1 Crónicas 29:10; Salmo 19:1-3; Isaías 43:3,15; 64:8; Jeremías 10:10; 17:13; Mateo 6:9-15; 7:11; 23:9; 28:19; Marcos 1:9-11; Juan 1:12,13; Juan 4:24; 5:26; 14:6-13; 17:1-8; Hechos 1:7; Romanos 8:14-15; 1 Corintios 8:6; Gálatas 4:6; Efesios 4:6; Colosenses 1:15; 1 Timoteo 1:17; Santiago 1:13-17; Hebreos 11:6; 12:9; 1 Pedro 1:17; 1 Juan 5:7.

2) Dios el Hijo

Jesucristo es la segunda persona de la Trinidad. En Su encarnación fue concebido por el Espíritu Santo y nació de María, quien fue virgen hasta el nacimiento de Jesucristo. Él es cien por ciento verdadero Dios y cien por ciento verdadero hombre sin pecado. Por tanto, es el único camino y mediador entre Dios y el hombre. En su Encarnación, no uso sus perfecciones divinas para cumplir su misión redentora, sino que dependió del Espíritu Santo y de las Escrituras para hacer la voluntad de Dios. Su obediencia perfecta a la voluntad de Dios, su muerte sustitutiva en la cruz y su resurrección al tercer día con cuerpo glorificado permitió la redención para el hombre pecador. Ahora, Él está sentado a la diestra del Padre, intercediendo por los salvos y lo que han de ser salvos. Jesucristo reina en la vida de los redimidos. El Hijo de Dios vendrá una vez más en poder y gloria para juzgar al mundo y dar paso al estado eterno del glorioso reino de Dios. Es valioso reconocer que así como el Padre, Jesús es Hijo eterno en la Trinidad en su rol dentro del plan de salvación.

Salmo 2:7-12.; 110; Isaías 7:14; 53:1-12; Mateo 1:18-23; 3:17; 8:29; 11:27; 14:33; 16:16,27; 17:5; 27; 28:1-6,19; Marcos 1:1; 3:11; Lucas 1:35; 4:41; 22:70; 24:46; Juan 1:1-18,29; 10:30,38; 11:25-27; 12:44-50; 14:7-11; 16:15-16,28; 17:1-5, 21-22; 20:1-20,28; Hechos 1:9; 2:22-24; 7:55-56; 9:4-5,20; Romanos 1:3-4; 3:23-26; 5:6-21; 8:1-3,34; 10:4; 1 Corintios 1:30; 2:2; 8:6; 15:1-8,24-28; 2 Corintios 5:19-21; 8:9; Gálatas 4:4-5; Efesios 1:20; 3:11; 4:7-10; Filipenses 2:5-11; Colosenses 1:13-22; 2:9; 1 Tesalonicenses 4:14-18; 1 Timoteo 2:5-6; 3:16; Tito 2:13-14; Hebreos 1:1-3; 4:14-15; 7:14-28; 9:12-15,24-28; 12:2; 13:8; 1 Pedro 2:21-25; 3:22; 1 Juan 1:7-9; 3:2; 4:14-15; 5:9; 2 Juan 7-9; Apocalipsis 1:13-16; 5:9-14; 12:10-11; 13:8; 19:16.

3) Dios el Espíritu Santo

El Espíritu Santo es la tercera persona de la Trinidad. Él inspiró a los santos hombres de Dios a registrar la revelación divina en lo que hoy llamamos la Santa Biblia. Además, conduce a los santos a comprender la verdad revelada por medio de la iluminación. El Espíritu Santo es quien convence de pecado, justicia y de juicio a los hombres. Es quien efectúa la regeneración del pecador, lo bautiza al incorporarlo al cuerpo de Cristo, lo sella para el día de la redención, lo dota de dones y lleva al creyente a crecer a la estatura del varón perfecto, Jesucristo. El Espíritu Santo guía y empodera a la iglesia y a cada miembro en particular a la adoración continua, al evangelismo y al servicio por medio de la comunión.

Génesis 1:2; Jueces 14:6; Job 26:13; Salmos 51:11; 139:7-12; Isaías 61:1-3; Joel 2:28-32; Mateo 1:18; 3:16; 4:1; 12:28-32; 28:19; Marcos 1:10,12; Lucas 1:35; 4:1,18-19; 11:13; 12:12; 24:49; Juan 4:24; 14:16-17,26; 15:26; 16:7-14; Hechos 1:8; 2:1-4,38; 4:31; 5:3; 6:3; 7:55; 8:17,39; 10:44; 13:2; 15:28; 16:6; 19:1-6; Romanos 8:9-11,14-16,26-27; 1 Corintios 2:10-14; 3:16; 12:3-11,13; Gálatas 4:6; Efesios 1:13-14; 4:30; 5:18; 1 Tesalonicenses 5:19; 1 Timoteo 3:16; 4:1; 2 Timoteo 1:14; 3:16; Hebreos 9:8,14; 2 Pedro 1:21; 1 Juan 4:13; 5:6-7; Apocalipsis 1:10; 22:17.

III. El hombre

El hombre es la creación especial de Dios, pues fue hecho a Su imagen y semejanza. Dios los creó varón y hembra. En el principio eran rectos, perfectos, inocentes y dotados de libre albedrío. Satanás, aprovechando esa libertad de elección los tentó para subyugar a los hombres. Adán y Eva pecaron y trajeron a la raza humana a la condición de pecadores; por lo que desde entonces la inclinación natural es a pecar. De esta manera, el hombre se convierte en un transgresor de la santidad de Dios, por ende, es condenado eternamente. La única vía de escape a la condenación eterna ha sido provista por Dios y es la reconciliación por medio de Jesucristo.

Génesis 1:26-30; 2:5,7,18-22; 3; 9:6; Salmos 1; 8:3-6; 32:1-5; 51:5; Isaías 6:5; Jeremías 17:5; Mateo 16:26; Hechos 17:26-31; Romanos 1:19-32; 3:10-18,23; 5:6,12,19; 6:6; 7:14-25; 8:14-18,29; 1 Corintios 1:21-31; 15:19,21-22; Efesios 2:1-22; Colosenses 1:21-22; 3:9-11.

IV. La salvación

La salvación es un acto divino donde Dios redime al hombre pecador gratuitamente, le concede una nueva vida en Cristo y lo libra de la ira venidera de Dios. Aunque es un acto divino gratuito para el hombre, costó el derramamiento de la sangre del Hijo de Dios en la cruz. Solo por la fe en Jesucristo es que hay salvación. El proceso de salvación por medio la cual se aplica la gracia redentora es:

  1. La predestinación o elección soberana: significa que Dios escogió soberanamente a algunos para ser salvos. Es una elección basándonos en su gracia soberana y no en alguna cosa que sea o posea el hombre. Es una elección incondicional desde antes de la fundación del mundo.
  2. Llamamiento eficaz: es cuando esa elección soberana se ejecuta por medio de la proclamación del evangelio a las personas para que respondan con arrepentimiento y fe.
  3. La regeneración o nuevo nacimiento: es cuando Dios le da vida espiritual a los elegidos para que respondan al llamado de salvación por medio del evangelio. Es un cambio del corazón que produce el Espíritu Santo.
  4. La conversión. Es el momento en que una persona responde voluntariamente al llamado del evangelio a través del arrepentimiento del pecado y la fe en la obra redentora de Cristo.
  5. La justificación: es la absolución legal, instantánea y completa de Dios en la que declara que nuestros pecados son perdonados y que la justicia de Cristo es nuestra. De esta manera se establece una relación filial y de paz entre Dios y el creyente.
  6. La adopción: es un acto de Dios en el que nos hace miembros de su familia y le concede al creyente todas las bendiciones que trae consigo el ser parte de ella.
  7. La santificación: es cuando el creyente es apartado para Dios (santificación posicional) y le capacita para progresar hacia la madurez moral y espiritual por medio del Espíritu Santo (santificación progresiva).
  8. La perseverancia del creyente. Dios promete en la Santa Biblia que todos los que son justificados serán guardados por el poder de Dios y perseverarán como cristianos hasta el final.
  9. La glorificación: es la etapa final de la salvación en la que Dios quitará definitivamente el pecado de la vida del creyente y le dará permanentemente un cuerpo glorificado.

Génesis 3:15; Éxodo 3:14-17; 6:2-8; Mateo 1:21; 4:17; 16:21-26; 27:22-28:6; Lucas 1:68-69; 2:28-32; Juan 1:11-14,29; 3:3-21,36; 5:24; 10:9,28-29; 15:1-16; 17:17; Hechos 2:21; 4:12; 15:11; 16:30-31; 17:30-31; 20:32; Romanos 1:16-18; 2:4; 3:23-25; 4; 5:8-10; 6:1-23; 8:1-18,29-39; 10:9-10,13; 13:11-14; 1 Corintios 1:18,30; 6:19-20; 15:10; 2 Corintios 5:17-20; Gálatas 2:20; 3:13; 5:22-25; 6:15; Efesios 1:7; 2:8-22; 4:11-16; Filipenses 2:12-13; Colosenses 1:9-22; 3:1-17.; 1 Tesalonicenses 5:23-24; 2 Timoteo 1:12; Tito 2:11-14; Hebreos 2:1-3; 5:8-9; 9:24-28; 11:1-12:8,14; Santiago 2:14-26; 1 Pedro 1:2-23; 1 Juan 1:6-2:11; Apocalipsis 3:20; 21:1-22:5.

V. La Iglesia

La iglesia es, en primer lugar, universal. Es la unión de cada cristiano con Cristo por medio del bautismo del Espíritu Santo. En segundo lugar, la iglesia es local. Los creyentes de un sitio se unen y forman congregaciones autónomas para adorar a Dios, proclamar el evangelio, observar las dos ordenanzas de Cristo (bautismo en agua y santa cena) y tener comunicación entre los santos.

La iglesia está gobernada por Cristo y las Escrituras. Su señorío en la iglesia es llevado a cabo por medio de líderes espirituales. Los oficiales de la iglesia son dos, el pastorado y el diaconado. El pastorado se limita exclusivamente para los hombres y tienen la responsabilidad de organizar y dirigir la iglesia. El cuerpo pastoral se compone de hombres espirituales confirmados por la congregación. El diaconado es un liderazgo sin exclusión de género y están para ayudar al pastorado. También son personas espirituales confirmadas por la congregación.

Mateo 16:15-19; 18:15-20; Hechos 2:41-42,47; 5:11-14; 6:3-6; 13:1-3; 14:23,27; 15:1-30; 16:5; 20:28; Romanos 1:7; 1 Corintios 1:2; 3:16; 5:4-5; 7:17; 9:13-14; 12; Efesios 1:22-23; 2:19-22; 3:8-11,21; 5:22-32; Filipenses 1:1; Colosenses 1:18; 1 Timoteo 2:9-14; 3:1-15; 4:14; Hebreos 11:39-40; 1 Pedro 5:1-4; Apocalipsis 2-3; 21:2-3.

VI. Las ordenanzas

El Señor Jesucristo ha establecido dos ordenanzas como señal del Pacto de Gracia. Las dos ordenanzas son: el bautismo en agua y la santa cena.

El bautismo en agua es la inmersión total del creyente en agua luego de su conversión. Se realiza una sola vez y es en el nombre del Padre, del Hijo del Espíritu Santo. Es un acto voluntario y se hará cuando el creyente comprenda que es un acto público en la que testifica que ha sepultado la vida anterior para andar en la nueva vida en Cristo.

La Cena del Señor es un acto simbólico de obediencia en la que participan dos elementos, el pan y el vino. Los elementos representan el cuerpo y la sangre de Jesucristo. Con la santa cena, los miembros bautizados de la iglesia universal conmemoran la muerte y la resurrección de Jesucristo.

Mateo 3:13-17; 26:26-30; 28:19-20; Marcos 1:9-11; 14:22-26; Lucas 3:21-22; 22:19-20; Juan 3:23; Hechos 2:41-42; 8:35-39; 16:30-33; 20:7; Romanos 6:3-5; 1 Corintios 10:16,21; 11:23-29; Colosenses 2:12.

VII. Evangelismo y Misiones

El Señor Jesucristo encomendó a la iglesia llevar a cabo la gran comisión. La gran comisión es el esfuerzo evangelístico y misionero en la que cada cristiano busca hacer discípulos dondequiera que este. Es el deber de cada cristiano predicar el evangelio y respaldarlo con su testimonio de vida nueva en Cristo y con la comunión con los santos.

Génesis 12:1-3; Éxodo 19:5-6; Isaías 6:1-8; Mateo 9:37-38; 10:5-15; 13:18-30, 37-43; 16:19; 22:9-10; 24:14; 28:18-20; Lucas 10:1-18; 24:46-53; Juan 14:11-12; 15:7-8,16; 17:15; 20:21; Hechos 1:8; 2; 8:26-40; 10:42-48; 13:2-3; Romanos 10:13-15; Efesios 3:1-11; 1 Tesalonicenses 1:8; 2 Timoteo 4:5; Hebreos 2:1-3; 11:39-12:2; 1 Pedro 2:4-10; Apocalipsis 22:17.

VIII. La cooperación de la iglesia

La iglesia es responsable de administrar los bienes materiales y espirituales que Dios le ha concedido por gracia. Cada creyente está obligado moralmente a servir con su tiempo, dones y bienes materiales para ayudar a los demás y que Dios reciba la gloria y alabanzas por eso. La actitud con la que se debe contribuir es con alegría, con generosidad, sistemática y proporcionalmente.

Además, debe unir esfuerzos con otros creyentes de la comunidad, asociaciones y convenciones con el fin de ser más eficaces para expandir el Reino de Dios y sus intereses. Al mismo tiempo, respetando la autonomía de cada iglesia e institución con la que se colabora.

Génesis 14:20; Éxodo 17:12; Levítico 27:30-32; Deuteronomio 8:18; Jueces 7:21; Esdras 1:3-4; 2:68-69; 5:14-15; Nehemías 4; 8:1-5; Malaquías 3:8-12; Mateo 6:1-4; 10:5-15; 19:21; 20:1-16; 22:1-10; 23:23; 25:14-29; 28:19-20; Marcos 2:3; Lucas 12:16-21,42; 16:1-13; Hechos 1:13-14; 2:44-47; 4:31-37; 5:1-11; 13:2-3; 15:1-35; 17:24-25; 20:35; Romanos 6:6-22; 12:1-2;  1 Corintios 1:10-17; 3:5-15; 4:1-2; 6:19-20; 16:1-4; 2 Corintios 8-9; 12:15; Gálatas 1:6-10; Efesios 4:1-16; Filipenses 1:15-18; 4:10-19; 1 Pedro 1:18-19.

IX. El cristiano y la moralidad de la sociedad

El cristiano tiene el deber de vivir la vida nueva en Cristo, centrado en la voluntad de Dios. Este deber le obliga a rechazar toda forma de racismo (racial, de religión, nacionalidad, etc.), toda forma de inmoralidad sexual (adulterio, homosexualidad, pornografía, etc.), toda forma centrada en sí (egoísmo, vicios, codicia, etc.). Está obligado a pensar y actuar en favor de los necesitados, abandonados, enfermos, ancianos, de los niños nacidos y por nacer y toda dolencia del prójimo. Siempre debe actuar siendo leal a Cristo y a la verdad. Cooperando con otros para el bien de la comunidad.

Éxodo 20:3-17; Levíticos 6:2-5; Deuteronomio 10:12; 27:17; Salmos 101:5; Miqueas 6:8; Zacarías 8:16; Mateo 5:13-16,43-48; 22:36-40; 25:35; Marcos 1:29-34; 10:21; Lucas 4:18-21; 10:27-37; 20:25; Juan 15:12; 17:15; Romanos 12–14; 1 Corintios 5:9-10; 6:1-7; 7:20-24; 10:23-11:1; Gálatas 3:26-28; Efesios 6:5-9; Colosenses 3:12-17; 1 Tesalonicenses 3:12; Filemón; Santiago 1:27; 2:8.

X. La Familia

La familia es la institución fundamental de la sociedad. Se compone de personas emparentadas entre sí por matrimonio, por consanguineidad o adopción.

El matrimonio es un compromiso legal entre un hombre y una mujer. Es la unión marital el marco propiciado por Dios para la intimidad, la expresión sexual y la procreación de la raza. El esposo debe amar, cuidar y proveer estabilidad emocional, espiritual y económica. La esposa debe amar, respetar y ser la ayuda idónea. Ambos tienen el mismo valor ante Dios porque fueron creados a imagen y semejanza de Dios.

Los hijos son una bendición del Señor. Ellos deben respetar y obedecer a sus padres. Los padres deben enseñarles y educarles en los valores morales y en las disciplinas espirituales. Han de corregir a los hijos en amor y de acuerdo a las verdades reveladas en la Santa Biblia.

Génesis 1:26-28; 2:15-25; 3:1-20; Éxodo 20:12; Deuteronomio 6:4-9; Josué 24:15; 1 Samuel 1:26-28; Salmos 51:5; 78:1-8; 127; 128; 139:13-16; Proverbios 1:8; 5:15-20; 6:20-22; 12:4; 13:24; 14:1; 17:6; 18:22; 22:6,15; 23:13-14; 24:3; 29:15,17; 31:10-31; Eclesiastés 4:9-12; 9:9; Malaquías 2:14-16; Mateo 5:31-32; 18:2-5; 19:3-9; Marcos 10:6-12; Romanos 1:18-32; 1 Corintios 7:1-16; Efesios 5:21-33; 6:1-4; Colosenses 3:18-21; 1 Timoteo 5:8,14; 2 Timoteo 1:3-5; Tito 2:3-5; Hebreos 13:4; 1 Pedro 3:1-7.

XI. Los últimos tiempos

Dios no ha revelado el tiempo exacto del fin del presente siglo malo. Sin embargo, ha enseñado a la iglesia que habrá señales que anunciarán el fin. Habrá una gran tribulación donde la iglesia será atribulada en todo el mundo por Satanás y el anticristo. Luego Cristo regresará personalmente en gloria con sus santos ángeles para arrebatar a la iglesia. Resucitará a los muertos en Cristo con cuerpos glorificados y a los que viven los transformará a cuerpos glorificados. Descenderá con los santos ángeles y con la iglesia. Resucitará a los injustos para ser enviados con los injustos vivos al lago de fuego y azufre por la eternidad. La iglesia morará para siempre con el Señor.

Isaías 2:4; 11:9; Mateo 16:27; 18:8-9; 19:28; 24:27,30,36,44; 25:31-46; 26:64; Marcos 8:38; 9:43-48; Lucas 12:40,48; 16:19-26; 17:22-37; 21:27-28; Juan 14:1-3; Hechos 1:11; 17:31; Romanos 14:10; 1 Corintios 4:5; 15:24-28,35-58; 2 Corintios 5:10; Filipenses 3:20-21; Colosenses 1:5; 3:4; 1 Tesalonicenses 4:14-18; 5:1-11.; 2 Tesalonicenses 2; 1 Timoteo 6:14; 2 Timoteo 4:1,8; Tito 2:13; Hebreos 9:27-28; Santiago 5:8; 2 Pedro 3:7-13.; 1 Juan 2:28; 3:2; Judas 14; Apocalipsis 1:18; 3:11; 20:1-22:13.

Misión

Somos líderes cristianos que están formando líderes a la imagen de Cristo.

Somos una iglesia hispana comprometida con la comunidad para transformar las vidas conformes a la de Cristo.

Valores

El carácter formado es más importante que los dones y los talentos.

Creemos

Que Dios se ha autorevelado en la Bíblia como Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Dios es Santo y debemos buscar la santidad si en verdad queremos que Él se acerque a nosotros.

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Nuestro Liderazgo

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